lunes, 12 de octubre de 2009


INYECTABLES
Los anticonceptivos inyectables son un recurso que, además de permitir que las mujeres controlen su fertilidad con eficacia, poseen la virtud de ser temporales, es decir, basta con suspender su administración para que la capacidad de procreación vuelva. Le presentamos estos y otros puntos a favor y en contra para que decida con su pareja la conveniencia de emplearlos.

Hombres y mujeres cuentan en la actualidad con distintos métodos que les permiten controlar la cantidad de hijos que desean tener, lo cual implica una gran ventaja en lo que respecta al ejercicio libre y saludable de su sexualidad, así como la posibilidad de planificar el número de integrantes que tendrá su familia y, por tanto, influir positivamente en el mejoramiento de vínculos afectivos, atenciones y cuidados.

Los sistemas para prevenir el embarazo son muy diversos, y pueden clasificarse en naturales y artificiales; entre los primeros, que son poco confiables, encontramos métodos como el del ritmo o coito interrumpido, en tanto que los otros han sido creados en distintas épocas por el ser humano, si bien han tenido su auge más importante a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Los anticonceptivos artificiales se subdividen en métodos de barrera (preservativos), quirúrgicos (vasectomía o salpingoclasia) y hormonales; justo entre estos últimos se ubican los anticonceptivos inyectables, los cuales tienen una eficacia de 98%, si son bien aplicados, y se les encuentra en dos presentaciones, combinados y de progestina.

Dichos productos actúan principalmente sobre los ovarios para que no liberen óvulos y poseen distintas características que conviene conocer para saber cuáles son los más adecuados para la mujer y su pareja

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